lunes, 10 de noviembre de 2008




Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo,

Vida,

porque nunca me diste ni esperanza fallida,

ni trabajos injustos,

ni pena inmerecida;

porque veo al final de mi rudo camino que

yo fui la arquitecto de mi propio destino;

que si extraje la miel o la hiel de las cosas,

fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:


Cuando planté rosales coseché siempre rosas.

Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:

¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!


Hallé sin duda largas las noches de mis penas;

mas no me prometiste tan sólo noches buenas;

y en cambio tuve algunas santamente serenas...

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.¡

Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz! ...



Gracias por el regalo !
autor:Amado Nervo.


PALOMA

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