sábado, 12 de diciembre de 2020

¿Qué es la megalomanía?

 

 

¿Qué es la megalomanía?

 los psicólogos distinguimos entre:
  • Rasgos o trastorno de personalidad megalomaniáca: Cuando la forma de ser de una persona está influida por un concepto grandioso de sí mismo, una autoestima alta que les lleva a sesgar, alterar o filtrar la realidad. En general, están satisfechos con su forma de ser. Sin embargo, con tratamiento pueden llegar a darse cuenta de esta alteración.
  • Trastorno delirante megalomaniáco: Cuando una persona, en un momento de su vida y durante al menos un mes, se ve inmersa en un delirio y se ve alguien único, grandioso. Dentro de ese delirio, existe un corte abrupto con la realidad objetiva. Para estos individuos, su visión de sí mismos y de la realidad es la única posible. La inflexibilidad para reconocer otro tipo de realidad, es muy marcada.
Los rasgos megalomaníacos forman parte de una personalidad conformada desde la infancia y que se desarrolla plenamente en la edad adulta, el trastorno delirante aparece en un momento dado.
El trastorno megalomaníaco aparecen ideas delirantes, como creerse dios o un profeta, por ejemplo. Siempre fuera de la realidad y con una idea fija difícil de revocar.
Por otro lado, los rasgos megalomaníacos son más frecuentes en la sociedad como parte de los trastornos de personalidad que “pueden pasar desapercibidos en puestos de más capacidad o de más poder, en personas relevantes”.

 

No es oro todo lo que reluce

 
Las personas con rasgos megalómanos “creen que tienen una capacidad mayor de la que realmente tienen y eso hace que puedan llegar a puestos de poder o de más influencia. Además, socialmente están bien vistos y valorados, pero no son empáticos

Sin embargo, aunque muestren mucho aplomo y seguridad en sí mismos, cuando se hace un análisis en profundidad de su personalidad se detecta que pueden ser individuos con muchas carencias y con un sentimiento de inferioridad o vacío desde los primeros vínculos con los padres.
“En los narcisistas se ha estudiado que las relaciones con los padres son de muy poca afectividad positiva. Los padres, o no están presentes, o no son capaces de darse cuenta de las necesidades del niño, quien tiene que mostrar una imagen de sí mismo grandiosa para que el padre lo vea, se fije”
Aunque cada personalidad se conforma en función de su biología y del aprendizaje familiar, en la mayoría de los casos se describe el narcisismo en personas seguras, que incluso quedan por encima de los demás, con éxito social, con afán de notoriedad.
- aparecen comportamientos narcisistas en personas que aparentemente son más sumisas pero que se hacen imprescindibles de cara a los demás, que están por vocación al lado de los demás, ofrecen la imagen de “yo soy la buena”(o).

Megalomanía asociada a otros trastornos

La megalomanía puede estar asociada tanto al complejo de superioridad como al de inferioridad. “El individuo puede pasar de un estado de exaltación a sentirse humillado, avergonzado. Florece esa parte escondida que coincide con la baja autoestima o inferioridad. Conviven las dos personalidades, vive una dicotomía, por eso es un trastorno”.
Pero también la megalomanía se considera un síntoma o la expresión de trastornos de personalidad como el narcisismo, la psicopatología o trastorno social o el histriónico, trastorno este último que lleva al individuo a necesitar reconocimiento continuo y ser el centro de atención, además de presentar rasgos dramáticos, susceptibles, emocionales que rayan en la extravagancia.
Nota: Debemos estar atentos ,ya que por lo general causa frustración , darse cuenta que hemos sido influenciado por personas que se creen Dioses e indispensables. No todos los Bipolares ,lo padecen ,y  tiene tratamiento con fármacos , además es hereditario.

Dra. Marsella Jiménez S

         Psicóloga
 

miércoles, 2 de diciembre de 2020

DESDE EL AMOR...




La historia genealógica, nuestra herencia familiar se va llenando a veces de heridas y traumas que perduran por siglos.

Juzgar la actitud insana de una persona (aunque sea desde la enumeración de situaciones) me parece errado.

Tras cada acto violento debemos ver (aunque nos repulse) a un ser que fue dañado en su temprano existir.

No hay que hacer foco ni gastarse en el agresor. Hay que preocuparse por la víctima contingente. 

Ahí hay que apoyar y en paralelo hacer foco en nuestras propias heridas y en nuestros propios actos para ver que estamos muy cerca y siempre muy emparentados con el hacer de la víctima y el sufrir del agredido.

Son cadenas, que podemos partir debilitando en aquél que se encuentra apremiado en el hoy, pero si no limpiamos nuestra propia historia familiar, seremos verdaderamente poco consientes de todo el dolor que rodea y determina nuestro espacio de realidad.

Ser consiente no significa poder apuntar el error, sino ser lo suficientemente dúctil para enfrentarlo, abordarlo

y

resolverlo desde el Amor.

Hay un sólo camino y objetivo en la vida y es mejorar todo aquello que aún no está perfecto. 

Nuestra historia personal, nuestro entorno laboral, nuestra ciudad, nuestro hermoso planeta.

Si uno no trabaja para el amor, no se cosechan frutos. Amor y Paz

AME