viernes, 29 de enero de 2021

Hijos de Tu pareja...



En la última década nuestra sociedad ha cambiado, y el “hasta que la muerte nos separe” ha dejado de ser una creencia inquebrantable para todas las parejas. Como consecuencia, las separaciones, los divorcios y las familias reconstituidas se han convertido en nuestro pan de cada día. Pero, ¿estamos preparados para estos nuevos escenarios?

Si te encuentras en esta situación, no es cuestión de salir huyendo (no es el fin del mundo…). Tan sólo debes ser consciente de la responsabilidad que conlleva mantener una relación cuando tu pareja tiene hijos, y evitar los errores que frecuentemente cometen algunas mujeres en la interacción con los hijos de su pareja.
 Por tanto toca armarse de paciencia y respetar los tiempos de los pequeños. Una buena alternativa es empezar a compartir momentos puntuales como por ejemplo una tarde en el cine, etc. hasta que los niños se acostumbren a esta nueva situación y estén preparados para que des un paso más.
“La familia reconstituida no es una carrera de contrarreloj, sino una carrera de fondo”

“La familia reconstituida es un espacio de encuentro y tolerancia, no un lugar de combate”. Todo va depender del grado de madurez y cultural de la madre de ellos, y si quiere "sacar ventaja ", a tu pareja; puede que no se de cuenta de que quieren...El hombre, es débil a veces.*
Por último, intentar sustituir la figura de la madre de los hijos de tu pareja es una equivocación habitual que se suele cometer y que no favorece el buen desarrollo de nuestra relación.
Para prevenir este fallo, debemos respetar la figura de la madre ante sus hijos (por mucho que nos saque de quicio su comportamiento -vulgar). Además debemos iniciar nuestra relación con los primogénitos de nuestra pareja manteniéndonos en un rol de amiga y poco a poco, si los hijos lo aceptan, adquirir una mayor relevancia en sus vidas (con muestras de cariño, de atención, de cuidado, e incluso en fases muy avanzadas podemos ejercer un rol más normativo).
“La familia reconstituida es como una obra de teatro y cada miembro debe saber cuál es su papel en la historia”
Las relaciones de pareja, con o sin hijos, requieren voluntad, esfuerzo y un proyecto de vida. ¡Tómatelo con calma, responsabilidad y mucho humor!
y marcar los limites y respeto...


Dra. Marsella Jiménez S
        Psiconeuróloga

viernes, 22 de enero de 2021

Psicólogia del DINERO!






La psicología del dinero se nutre de ganancias que se buscan de cualquier modo.


A los que les falta todo menos el dinero dicen sin embargo que trabajaron toda la vida para que nada les falte.



Para la psicología del dinero el precio es la medida del valor y hasta los valores humanos los cambia por dinero.

Así las cosas valen lo que cuestan y las personas por lo que ganan.
Los juzga por lo que tienen y a la calidad por el precio.



  • Lo bueno y caro, dos veces bueno.
  • Hay que aceptar que todo tiene precio.
  • Con esa lógica lo que se regala y el aire que se respira carecen de valor.
 Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, generoso, estafador.

Todo es igual, nada es mejor: lo mismo un burro que un gran profesor.

No hay aplazados ni escalafón; los inmorales nos han igualado.

Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón.

El mundo del revés.
  • La paradoja de la psicología del dinero es que lo bueno se degrada.
  • Los maestros ganan monedas y las vedettes amasan fortunas.
  • Los dirigentes corruptos cobran tan poco, que roban para compensar.

La psicología del dinero se deriva de una sociología del poder que nos inculca los reflejos condicionados que quieren que tengamos.

Entonces votamos pero no elegimos libremente.
Al respecto Fromm dijo: la "libertad sólo tiene sentido si podemos generar pensamientos propios".

Así contribuimos a que muchos vivan a pan y agua, y a que otros se llenen sus bolsillos.

*Sin embargo siento que algo no anda bien.
Amamos al dinero pero afirmamos que es la raíz de todos los males y le decimos vil metal.
Rechazan a los ricos pero si alguien se enriquece haciendo cosas buenas lo envidian, parece sospechoso o algunos piensan que es injusto.

Rechazamos el dinero pero lo deseamos.
  1. -¿ Por qué los educadores y los que nos cuidan se llevan la peor paga?
   2-¿ Qué provoca esta ambivalencia?

La psicología del dinero genera un estado de falsa felicidad.


Poder es querer más eficacia.
Primero debemos saber lo que queremos, porque la realidad es una gran fotocopiadora de nuestras creencias, y como con ellas creamos el mundo para cambiarlo debemos modificarlas.

Un nuevo proceso comienza con ideas que se transforman en conceptos reforzadores, se expresan para que sean escuchadas y se conviertan en hechos.

Las creencias promueven acciones, y con las peores creencias la humanidad se extinguirá. Si las creencias son rígidas el pensamiento no prospera.

 ¿Cómo evitar la resistencia a los cambios? Se trata de invertir el proceso, que las acciones motoricen los cambios.

Luego se les dará forma en el discurso, así la mente aprenderá a relacionar el pensamiento con la acción.
Para cambiar una creencia hay que actuar rápido porque la mente puede eliminarla antes de que crezca.
Al repetirla la mente pronto la aceptará como su nueva creencia.

En esto consiste la evolución:
Recordamos el 5% de lo que escuchamos, el 10% de lo que escribimos y el 85% de lo que hacemos, por eso hay que transformar la idea en acto.


Otra creencia negativa es que no tenemos bastante dinero, tiempo, amor, comida.

Esa carrera hacia "nunca es bastante" ha creado este mundo desigual.

De lo que no hay bastante es de cosas que sean buenas porque el dinero ocupa su lugar.

Con el dinero puedes comprar una cama pero no el sueño,
la comida pero no la digestión,
el libro pero no el conocimiento,
una casa pero no el hogar,
el remedio pero no la salud,
diversión pero no la felicidad.

 



Deben desaparecer los vehículos suntuosos, reducirse el consumo de carnes rojas, etc. Todo apunta a rebajar el hedonismo y a que la vida sea menos consumista.
Está claro: decidámonos a mantener la vida y que en el proceso ningún precio supere a su valor.
 
Mi declaración:
*Soy una mujer con conocimiento académico,(...Y ME FALTA TANTO POR APRENDER) Soy feliz, donde estoy,  quiero lograr ayudar a los niños de forma que no exista el lucro, y para eso trabajo a diario en mi proyecto.
Me harte de la competencia, de como vestirme, para que me reciban, en realidad, lo que más me agrada es ser "libre" sin tener que agradar a nadie ...y no contaminarme con la envidia y chismes, que para mucha gente, es importante.
Me fui de un país consumista , arribista y racista! y regresé 
No veo TV, observo las personas, valoro cada minuto de mi vida...
y quiero seguir creciendo y orando para mantenerme fuerte! y jamás permitir que me contaminen, porque cada uno debe aprender a cuidarse solo! y apoyar a los suyos.


 
Dra. Marsella Jiménez S
   Psicóloga, Sexóloga
    Magister en RR.HH

viernes, 15 de enero de 2021

Personas Insidiosas...




CUIDARSE DEL ENGAÑO OCULTO,GENTE TRAMPOSA, QUE CADA ACTO UTILIZA A PERSONAS DÉBILES, (niños ,ancianos, personas tristes ,solas, analfabetas, etc...)
PARA OBTENER UN PROPÓSITO.

SE ACERCAN A PERSONAS , EN EL MOMENTO OPORTUNO PARA ENGAÑAR, USAN EL CHISME ,HABLADURÍA PERJUDICANDO A OTROS...DENIGRANDO PARA QUEDAR EL /LA INSIDIOSA COMO HÉROE,..Y ADEMAS ESPERA QUE LE AGRADEZCAN.

ACTÚAN CON ALEVOCIA.

MIREN A SU ALREDEDOR Y SI CONOCE ALGUIEN ASÍ...NO TEMER ,SOLO ALEJARSE PARA SIEMPRE.  RECUERDEN QUE ESTAS PERSONAN USAN SU PERSONALIDAD TRASTORNADA PARA ENGAÑAR AL SER MAS INTELIGENTE!

LO BUENO:
QUE SIEMPRE SON DESCUBIERTAS!!!

La INSIDIA es la acción hipócrita y malintencionada.

 Los hongos venenosos al igual que las personas insidiosas... se tragan solo una vez!!!

 Dra .Marsella Jimenez S
PSICÓLOGA

sábado, 2 de enero de 2021

El Amor Maduro...


 
 
A todos nos ha pasado o sucederá alguna vez, que al comenzar una relación de pareja...

 las virtudes de nuestro nuevo compañero (a) son exaltadas en su máxima potencia. Vivimos pendientes de él o ella, arrojamos fuera de nosotros cualquier conversación interna que no esté vinculada a nuestro enamorado, compramos regalos, cambiamos de vestuario, de peinado, de dietas; frecuentamos menos a nuestras amistades, y agotamos todo nuestro tiempo en recordar y evocar el próximo encuentro.
Todo gira alrededor de ese nuevo “ser” magno que parece reflejar la exactitud de nuestra búsqueda, la pieza perfecta que encaja en nuestro rompecabezas.
Conforme pasa el tiempo, las cosas comienzan a cambiar.
 
En distintos escenarios cotidianos se pueden escuchar voces de hombres y mujeres reclamando la falta de “cariño, comprensión, escucha, tiempo” de sus parejas.
Los encuentros sexuales que en el pasado eran una fiesta, en la actualidad son esporádicos u obligaciones, se han perdido las “ganas”, lo mismo que ayer era propio,
hoy es ajeno.
¿Qué ha sucedido? ¿Hemos dejado entrar a nuestro vínculo a ¿ese crucial huésped que llaman rutina?
¿Cómo se ha infiltrado en nuestra intimidad?
¿Por qué suceden estas cosas?
 
Ese OTRO(a) que hemos elegido, se ha vuelto parte de nuestro andar, tan común, tan conocido, tan previsible, que nos damos el gusto de perder la capacidad de asombro y la de asombrarnos.
Está ahí cocinando o tal vez mirando una película.
Y estamos seguros de que ahí se quedará, que si decide irse, será tan sólo unos metros, que regresará siempre; construimos certezas que nos hacen "perder la necesidad de cuidar lo conquistado, porque ya es nuestro.
Y se instala "La Rutina".
La rutina no es más ni menos que el desinterés con el que elegimos relacionarnos. El descuido que empeñamos en comunicar; el desdén con el que tratamos lo que amamos.
 La falsa seguridad que experimentamos, “ya tenemos lo que queremos”, nos hace cometer el mayor de los errores:" La desidia". Que significa el actuar con inercia o negligencia.
Nos relajamos absurdamente, bajamos nuestras guardias, y dormimos sobre los laureles.
No es un hecho que debamos perder lo que tenemos para saber su valor, podemos reconocerlo aún teniéndolo.
Todo es cuestión de compromiso, éste último entendido como la capacidad de elegir algo, declarar que eso queremos para nosotros y hacer que eso ocurra en el momento que dije que ocurriría.
Descuidar a quien amamos, es de alguna manera una forma de romper un acuerdo con nuestra propia elección, es olvidarse que en algún tiempo lo elegimos para nuestra vida.
La invitación es a despertar, a recordar que ese OTRO que está a nuestro lado, está ahí porque nosotros quisimos que así fuera, y si eso fue hecho del corazón,
¿por qué ahora, hay momentos en los que nos parece extraño?
 No ha dejado de ser su esencia, nuestros lentes se han empañado por la indiferencia; salir a buscar fuera de la pareja la “novedad” no resolverá el conflicto de la “rutina”. La cotidianidad es nuestro modo de operar y relacionarnos.
Pero existe una clase de Amor, tal vez, menos digna de inspiración para los poetas; pero mucho más digna para la fragilidad de la vida que sostenemos: Es el Amor Maduro.
La cabal comprensión de que cuando nos enamoramos
 de alguien inicia un proceso de aprendizaje rico en experiencias; que somos dos al encuentro, con todo lo que implica “dos”, que lejos está de similitud, y muy cerca de variedad.
El primer tiempo  es fugaz y necesario, para que las corazas con las que actúo en el mundo se flexibilicen y dejen entrar a ese “extraño” a mi vida; sin ese permiso el encuentro sería casi imposible; la mayoría de las veces los hombres rechazan sistemáticamente lo diferente.
Luego, cuando la marea se retira florece el sentimiento.
Lo de antes era una pasión.
Cuando uno genera una relación madura de amor, la pareja es un punto importante en la vida del individuo pero no es la vida en sí misma.
*Cada uno tiene su poder personal, sus sueños, sus metas, sus pensamientos, cada uno es frente al otro: un mundo, un misterio; que se encuentran, y que coinciden.
 En el amor maduro, el individuo crece como persona, la relación es un espacio de aprendizaje, y experiencias, una oportunidad para desarrollar las fortalezas, y aceptar las debilidades.
Caminar de la mano de un amor maduro, abre las puertas del autoconocimiento y la empatía.
Desarrolla nuestras habilidades sociales y nos predispone al desarrollo de nuestra inteligencia emocional.
El encuentro con ese otro nos ilumina, nos recuerda que para amar, primero debo experimentar en y hacía mí ese sentimiento; cuando eso sucede, lo que compartimos es amor, autenticidad y honestidad.
Compartir es una forma de multiplicar lo que tenemos. Sólo compartiendo podemos extender la luz que somos.
 

Dra. Marsella Jiménez S
          Psicóloga