viernes, 30 de enero de 2015

Enfrentar el Dolor...



El corazón es el lugar donde vivimos nuestras pasiones. Es frágil y se puede romper con facilidad, pero también es increíblemente adaptable. No tiene sentido tratar de engañar al corazón. El corazón depende de nuestra honestidad para sobrevivir.
Frecuentemente, cuando sospechamos que nuestros corazones pueden romperse, nos retiramos a un refugio para disfrazar el dolor o negarlo por completo. Así pretendemos estar bien y seguros.
La lucha contra los dolores del corazón es indispensable para todo cambio positivo. Son pocos los bienes duraderos que se consiguen sin esfuerzos y problemas. Si no encontramos ningún obstáculo, dejamos  de lado la acción y elegimos la complacencia y comodidad.
No nos atrevemos a enfrentar la causa de nuestras situaciones ya que el único miedo que existe y del cual rehuye todo ser humano es el miedo al dolor, miedo a sufrir. No existe ningún otro. Cuando nos quedamos en nuestras zona de confort es por miedo a lo desconocido.
Cuando alguien querido pasa a un plano más elevado, no lloramos por la persona en sí, lloramos por el dolor que produce en nosotros ese cambio.
Nos han enseñado que hay dolores insuperables y en base a esta creencia vivimos paralizados por el miedo, sin saber, que el dolor es imprescindible para crecer, adquirir fortaleza y que tenemos la capacidad de superar cualquier dolor al que nos enfrentemos.  

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