A menos que estés hecho de acero, habrá momentos en los que alguien te dirá algo que te duela profundamente. Es posible incluso que no se trate de algo intencionado; a veces, los comentarios más hirientes son lanzados sin pensar. Sea como sea, esos comentarios ofensivos o críticos suponen una puñalada para nuestro corazón y nuestro ego, esa parte de nosotros que es determinante para nuestra autoestima. De carácter defensivo y reacciones desmedidas, el ego rara vez se enfrenta de una forma racional a los ataques que percibe.
Pregúntale a la persona que causó el daño en tu vida por qué consideró necesario hacerlo. Posiblemente, te sorprenderá saber que realmente no puede darte una respuesta concreta. A lo sumo, es posible que recibas un balbuceante "No lo sé". Suele ocurrir que los ataques crueles tienen más que ver con la persona que los lanza que con la que los recibe. La gente tiende a atacar a los demás cuando no se siente muy segura de sí misma.
Todos nos equivocamos alguna vez y herimos a los demás cuando lo juzgamos y le lanzamos palabras ofensivas,
Seria bueno también vernos un poco nosotros mismos y ver cuántas veces hemos herido a otros.
La vida es una cadena de hechos, unos buenos , otros malos, unos nos enaltecen y otros nos minimizan.
Aprendamos a dejar ir y a soltar esas ofensas, y ver al que nos agravia como una persona que se agravia a sí misma. Tal vez algún día se den cuenta y puedan sanarse internamente.
Equivocarnos, nos ensena a ser mas cautos con el sentir de los demás..
Si errar es de humanos....Ayuda al que te agravió con tu perdón y comprensión.
Tal vez lo necesite mucho más que tu!
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