sábado, 23 de junio de 2012

Levante la Mano...


Que levante la mano quien no haya sentido alguna vez un gran dolor en su interior, o quien no lo haya padecido en su vida, o quien no haya tenido más de un día de una seriedad doliente o de una sinceridad casi agresiva, en el que hayas sentido el peso insoportable de la vida en sus formas menos agradables.

Que levante la mano quien no haya pasado por un momento en que el deseo de abandonarlo todo, y abandonarse no haya tenido una fuerza destructiva e imbatible a duras penas difícil de soportar.

Las manos siguen en el mismo sitio donde estaban antes de empezar a leer…
La Mente no….

La mente se ha ido a buscar recuerdos, a desaletargar ciertos momentos que cuando pasa la tormenta y se piensa en frio, sentimos la espina del dolor inquebrantable, y a quedarse quieta, ligeramente escondida, para no volver a pasar por ese trance o ese dolor jamás.
Todo dolor viene acompañado de una lección, generalmente demasiado “cara”, porque pensamos que la podíamos haber aprendido sin tanto penar, casi nunca aceptada, y en muchas ocasiones incomprendida.
Pero si dejamos que la misma situación se repita y se repita el mismo dolor que le acompaña , no hemos aprendido la lección; Y la vida, que es tan sabia,que nos volverá a presentar otra situación similar para que tengamos la ocasión de aprender “Por Fin” y demostrarlo.

No tenemos que aceptar el dolor incondicionalmente en nuestras vidas, ni ahondar en el.
Hemos de dejarle ir.

Llegara, dejara su huella, le agradecemos y le dejamos partir hacia lo más lejano, llevándose con él, si es posible su rostro de amargura.

Aprendamos las lecciones de las situaciones que nos producen dolor, dejemosla ir, y tratemos de evitarlas en un futuro, por nuestra propia felicidad, por nuestro propio bien, hasta por nuestro "propio Respeto"

Dra.Marsella Jimenez S.
            Psicologa




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