miércoles, 5 de diciembre de 2018

SOBERBIA...




soberbia consiste en concederse más méritos de los que uno tiene.

Es la trampa del amor propio: estimarse muy por encima de lo que uno vale.

Es falta de humildad y por tanto, de lucidez.

La soberbia es la pasión desenfrenada sobre sí mismo. Tanto abandonar, se acercar a lo que sea para no envejecer solos (as)...

Apetito desordenado de la propia persona que descansa sobre la hipertrofia de la propia excelencia.

Es fuente y origen de muchos males de la conducta y es ante todo una actitud que consiste en adorarse a sí mismo: sus notas más características son presunción, jactancia, vanagloria, situarse por encima de todos lo que le rodean. 

La inteligencia hace un juicio deformado de sí en positivo, que arrastra a sentirse el centro de todo, un entusiasmo que es idolatría personal.

Hay dos tipos de soberbia; -una que es vivida como pasión, que comporta un afecto excesivo, vehemente, ardoroso, que llega a ser tan intenso que nubla la razón, pudiendo incluso anularla e impedir que los hechos personales se vean con una mínima objetividad.

-La otra es percibida como sentimiento cursa de forma más suave y esa fuerza se acompasa y la cabeza aún es capaz de aplicar la pupila que capte la realidad de lo que uno es, aunque sólo sea en momentos estelares.

Entre una y otra deambula la soberbia, transita, circula, se mueve y según los momentos y circunstancias hay más de la una o de la otra.

La soberbia es más intelectual y emerge en alguien que realmente tiene una cierta superioridad en algún plano destacado de la vida.

Se trata de un ser humano que ha destacado en alguna faceta y sobre una cierta base.

Todo lo toma PERSONAL, se ofende y puede sentir ira injustificada, aunque le pidan perdón, abandona a sus amigos, pareja, etc...hasta que se vuelve a sentir único (a)

El balance propio saca las cosas de quicio y pide y exige un reconocimiento publico de sus logros.

Para un Terapeuta, estamos ante lo que se llama una deformación de la percepción de la realidad de uno mismo por exceso.


Ante la soberbia dejamos de ver nuestros propios defectos, quedando éstos diluidos en nuestra imagen de personas superiores que no son capaces de ver nada a su altura, todo les queda pequeño. Hay una gradación entre las tres estirpes, soberbia-orgullo-vanidad, que van de más a menos intensidad, tanto en la forma como en el contenido. Entre la soberbia y el orgullo hay matices diferenciales, aunque el "ritornello" que se repite como denominador común puede quedar resumido así: apetito desordenado de la propia valía y superioridad. Es una tendencia a demostrar la superioridad, la categoría y la preeminencia que uno cree que tiene frente a los de su entorno. En general estos dos conceptos se manejan como términos sinónimos, aunque se pueden espigar algunas diferencias interesantes.



Dra.Marsella Jiménez S

Psico-neuróloga

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