miércoles, 21 de octubre de 2009

Profesor...(a)


Las funciones que se adjudican a la educación surgen desde variados tópicos y posturas intelectuales.

Cuando comenze mi doctorado ,sabia que no era liviano ser DOCENTE...y sentir el estimulo de mis alumnos Universitarios,para lograr aprender de ellos ,valoro a cada uno, merecen mi respeto y admiración.
...antes di clases (siendo alumna) pero hoy me siento capacitada para lograr un obejivo,entregando a los alumos herramientas basicas para que logren un buen desempeño.

Considero que un Profesor debe dejar de ser un mero instructor de contenidos para covertirse en un pleno EDUCADOR,en un servidor de Vocaciones .
En tal sentido es posible advertir que los docentes ocupan funciones diversas dada la naturaleza de su quehacer.Hay quienes ven en la educación la posibilidad de desarrollar al máximo las potencialidades ocultas de cada persona, de forma que a partir de ellas pueda ocupar un rol importante en la sociedad lo que le conducirá hacia su bien propio como el bien común.

Es una visión esperanzadora y optimista del quehacer educativo. Desde esta visión el profesor aparece casi como un salvador, él encarna a la persona capaz de abrir las mentes de sus estudiantes y desarrollar en ellos diversos modos de vocación, de tal forma que posibilita con sus enseñanzas el desarrollo y progreso de la sociedad en su conjunto.

La sociedad crece y se dinamiza gracias a la educación y el profesor es quien posibilita esto.
Sin embargo, hay personas suspicaces que ven en la educación todo lo contrario, este sería el instrumento por el cual las personas verán coartados sus sueños y esperanzas. La educación es un instrumento de conservadurismo, represión e inmovilidad social.

Es la mirada del profesor que coarta la autonomía de sus alumnos, aquel que reprime los deseos liberales de la juventud, el que humilla a aquellos alumnos que se atreven a pensar por si mismos. Los profesores son instrumentos de poderes fácticos, educan para mantener las diferencias sociales, a los hijos de clase alta les preparan la mejor de las clases, a los hijos de la clase baja se les exige y se aminoran los esfuerzos, total nunca podrán surgir de la pobreza en que están.

No son profesores que dicten clases para jóvenes sino para alimentar su propio ego y vanidad.


Confunden la docencia con la instrucción.


En el otro extremo se encuentran aquellos que confunden la pedagogía con la paternidad.

Para algunos el ser profesor significa ser una buen a compañía, una persona empática, capaz de atender a los problemas y necesidades afectivas y sociales de sus alumnos. Un profesor cercano, amigo, cómplice de sus alumnos, que a veces pierde su sentido formador.

A veces estos profesores caen en el extremo opuesto del profesor intelectual, con ellos no se aprende pero si se pasa bien.Estas cuatro posturas conviven entre sí, no son necesariamente negativas, quizás su error es sólo potenciar un aspecto del ser docente y no entenderlo en su totalidad.

Un buen profesor no se define por su actividad sino por el sentido que da a ella.

Si tomamos el vocablo en su acepción originaria para ser un buen profesor solo bastaría saberse expresar adecuadamente, el profesor es aquel que expresa ante un público, el que da fe de su conocimiento y es capaz de traspasarlo.Pero hemos visto que tal es una mirada limitada del quehacer docente.

No basta con saber de un tema si es incapaz de enseñararlo. La docencia va más ligada al cambio de la persona que recibe la enseñanza que a la capacidad de uno de expresar un concepto .

Muchos hemos pasado por experiencias universitarias en que abogados, arquitectos o médicos(y otras profesiones u oficios...) intentan dar cuenta de su saber, siendo incapaces de entregarlo en forma clara y sencilla.
Es por esto que prefiero la palabra educador antes que profesor.

Educar implicar dirigir, orientar, facilitar un cambio en la persona del otro.

Lo intelectual se supedita aun interés mayor: la capacidad de desarrollar la vocación de otro.

El educador es aquel que dispone su vida, sus acciones al servicio de otro. Es un servidor, quizás en su sentido originario, de ayuda, de solícita compañia. Sin embargo no es un sirviente, no pierde su vida en ayudar y en la felicidad ajena. No se diluye en exigencias ajenas olvidandose de ellos.

Antes bien, encuentra su propia felicidad y realización en esa donación al otro.
No hay dicotomía entre el educador y el educando, hay complementariedad, la felicidad de uno se desarrolla con la del otro.He aqui una primera caracteristica de un buen profesor: es alguien feliz.

El educar es un acto humano, un acto que se realiza entre dos voluntades que buscan cada una su propia finalidad y que desean en la consecucia de ese fin su propia realización. La felicidad es el fin que persigue toda persona humana, en este caso se visualiza y expresa con el desarrollo de la propia vocación.

El profesor es aquel que encuentra en su propia vocación el facilitar el encuentro de otro con su propia vocación. Para ello es indispensable que el profesor tenga conciencia de la valía de su misión, pues de otra forma el error se convierte en la muerte de los sueños del otro.

Sin embargo hay un riesgo en esta visión. La raíz latina de la palabra educar es la misma que la de la palabra conducir. Es posible de pronto que algunos profesores sientan que su rol es conducir, dirigir, manipular los pasos de sus educandos. Nada más peligroso cuando el profesor se autoimpone el rol de salvador de sus alumnos. De aquel que decide y elige por ellos restando la capacidad de autodescubrirse, de desarrollarse plenamente, en el fondo restando libertad a sus estudiantes.

El profesor es alguien autónomo.

Entiendo por autonomía La persona que no es egoísta egocéntrico que no sabe que los demás existen, sino aquel que reconoce que su existencia es más llevadera con la compañia y apoyo de otros.

Si un docente es autónomo enseñará a los alumnos a descubrir su propia autonomía y acrecer siendo fieles a sus propios principios e ideales y no movido por sus caprichos y deseos egoistas e infantiles.


*Sin embargo, no nos engañemos, la autonomía no se logra desde la espontaneidad. A veces confunden la libertad con la total independencia de normas y reglas, sin darnos cuenta que si las reglas existen es precisamente para educar nuestra libertad. Por ello es que es preciso reconocer una tercera característica del docente: es alguien disciplinado.
El profesor está para educar, para cumplir con el rol social que permitir que las generaciones más jóvenes logren ajustarse a los requerimientos de la sociedad en que estén.

Por ello es que el docente no puede perder de vista el apego a normas de convivencia que permitan que los jóvenes eduquen su libertad. No se trata de imponer una obediencia ciega a normas y principios sino enseñar a respetar esas normas por lo valioso que contienen tras de si.

Educar la autonomía supone ayudar a decidir, enseñar a elegir entre lo que se debe hacer y lo que no se puede hacer. Pero para ello es preciso alentar una voluntad firme y constante.

La disciplina ayuda a mantenerse fiel en la elección ejecutada, a continuar en la senda que ya se eligió. Sin disciplina las personas se vuelven inconstantes, temperamentales, pequeños bipolares morales que son incapaces de mantener la palabra ofertada o la promesa entregada.
Esto requiere que el docente sea prudente. H
emos aprendido que las acciones éticas han de fundarse en un correcto discernimiento, no basta con conocer de valores y principios, ni de elaborar sendos discursos sobre ética, sin en las acciones cotidianas y concretas, cuando se plantean dilemas entre lo correcto y lo bueno no sabemos que efectivamente hacer. Por ello es que es preciso que el docente sea prudente, sepa cómo actuar desde una acción ética y no políticamente correcta.


Un ánimo educado y capaz de tomar decisiones efectivas, centradas no en el beneficio propio ni en lo políticamente correcto, sino en valores y principios efectivamente formativos.
-Por último, me parece que estas acciones desde el plano ético se fortalecen mas cuando quien las emite es alguien capaz de fascinar y atraer la atención de sus alumnos.

Por ello es que creo sinceramente que la mejor forma de enseñar y educar a los alumnos es cuando el profesor se muestra a sus alumnos como alguien con autoridad y respeto,bue uso del lenguaje y comportamiento corporal.
Pero me refiero a esa autoridad que surge de quien posee experiencia, de quien enuncia verdades basadas en hechos o conocimientos que ha adquirido en su vida. Un profesor debe ser culto.

Debe de potenciarse ante sus alumnos por la fuerza de sus vivencias que le convierten en un referente válido y digno de imitar.


El mejor ejemplo no se da en acciones estereotipadas o en un discurso lleno de cliché sobre lo correcto, sino en una personalidad que trasciende y que se hace interesante para sus alumnos.

La cultura le permitirá al docente ampliar la mirada de sus alumnos, ayudarles a reconocer que existen otras formas de actuar, mejores y más éticas que lo que ya hacen. Un alumno no se acerca al colegio, instututo o Universidad a repetir lo que ya sabe, sino a ampliar su horizonte, solo un profesor con el conocimiento y la sabiduría propia permitirán responder a esta necesidad vital.


Dra. Marsella Jiménez S

Psicóloga




2 comentarios:

Unknown dijo...

Entré por coincidencia en tu blog, a punto de registrar el dominio “zencillamente”.
Inteligente, sensible, bonita, audaz... too much.
Coincido con tu post. Absolutamente. Pero, ¿cómo advertir a un alumno, en un intento convincente, que lo que propone el mundo se encuentra en oposición a los valores naturales, la inteligencia sensible, multidimensional con la que nacemos, y que esos valores hoy en mitad de este posmodernismo no deparán, sería probable, éxito alguno en lo estuctural, sino que la riqueza la encontrará en ellos mismos, en esa elección, en la paz, plenitud (otra vez: multidimencional) y profundidad que puede alcanzar? Y ¿cómo persuadirlo de que esa elección cotidiana brinda el fruto más alto, en tanto el medio promueve otra realidad? ¿Hay una clave? ¿Depende sí o sí solo de la capacidad, el talento del docente?

No sé si acostumbras contestar, en el mismo blog o de que manera.
Saludos. Edgar

Dra. Marsella Jimenez S.(AME) dijo...

Estoy con full trabajo..con la Unicef.
te digo algo que es basico para mi .Es muy importante la escuela...pero la mayor educacion se adquiere en el hogar.VALORES ,PRINCIPIOS.
evitar las carencias afectivas.

Cada dia me encuentro con personas muy letradas con varios grados universiatrios ,Master...etc.Pero algunos sin valores ,egoistas ...con demasiado ego que van quedando solos.

Tambien conosco gente que tien dinero y no saben expresarse pues prefieren cambiar el carro el celular etc ,pero leer? jajaj ni de broma.

confio en el equilibrio.Pero a esta altura me quedo con lo espiritual.
saludos