La Perfección no es algo brillante.
A menudo es simplemente algo que se dice al corazón.
La Perfección es un trabajo bien acabado, el elogio recibido, la plegaria escuchada.
Puede ser la amabilidad mostrada, los agradecimientos dados.
La Perfección es lo que descubrimos en los demás, lo que nos reflejan.
Y si la Perfección nos esquiva, no importa, pues lo que tenemos en el instante basta.
La Perfección es el reflejo de la luz Divina en cada ser humano.
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