Mi cuerpo
desnudo comienza a avanzar hacia la orilla.
Puedo sentir el frío del agua en
mis pies y la brisa del mar a mí alrededor.
El aire ya no me ahoga.
Escucho mi
respiración y noto como se van llenando poco a poco mis pulmones.
Mi corazón
vuelve a latir a medida que me voy sumergiendo más y más.
Poco a poco me
voy adentrando en el océano hasta que el agua cubre todo mi cuerpo desde los
pies hasta el cuello.
Miro hacia
arriba y puedo ver como se esconde la luna y va dejando paso a los rayos del
sol que se asoman entre las nubes.
El agua del
mar antes opaca e incierta ahora es transparente y la luz me muestra con
claridad la belleza de todo cuanto hay a mi alrededor.
Cierro los ojos y siento el calor sobre mi
rostro.
Me paro unos instantes y grabo esta
imagen en mi mente,
por si algún día mi corazón se volviera a perder en la
oscuridad de la noche.
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