viernes, 29 de julio de 2016

Violencia Acústica!



A diferencia de lo que se cree, la tortura china que consiste en dejar caer una gota de agua cada cinco segundos sobre la frente de un hombre maniatado no quiebra la resistencia por el daño físico que provoca, sino por el sufrimiento psicológico que desata: unos días de exposición continua bastan para que la víctima, que no puede dormir por el ruido ni calmar su sed con las gotas, se desespere hasta la locura y muera de un infarto.

Los orientales siempre lo comprendieron: hasta el estímulo más débil puede convertirse en una fuerza arrolladora por obra de la persistencia. Pero eso la vendedora me parecía puro marketing, un departamento impecable, blanco y estéril, un nido elegante bien ubicado, fue hábil, pues al lado de nuestro Hogar, estaban trabajando con maquinas, soldadores y herramientas con sonido constante. Llegó la hora de dormir y escuchamos el ruido de la MAQUINA, sobre nuestra habitación...

Antes de mudarnos ,"en busca de TRANQUILIDAD", observamos cada detalle para vivir, nos fijamos en la luz y los espacios, la ubicación de los enchufes, el estado de las cañerías, el material de los pisos, baños,etc...Pero nunca nos detenemos ante los ruidos cotidianos. Nadie oye de verdad una casa hasta que tiene que despertarse en ella todos los días.

Durante nueve meses exactos,fui empeorando... en el departamento, donde se escucha todo el  día el ruido de una Maquina, que según la demanda aumenta, pero nunca disminuye.
 El ruido —decían nuestros amigos y gente del edificio "vecinos"— provenía de alguna máquina externa, nunca pensamos que fuese sobre nuestro espacio...al contrario de lo que sucede cuando se dispara la alarma de un auto y la molestia ataca por asalto, hay sonidos que se vuelven intolerables sólo con el paso del tiempo, pero al final el efecto es el mismo: una vez que lo percibimos, los pensamientos luchan contra el ruido hasta que se detiene.

Imaginen una aspiradora que funciona todo el día tres pisos abajo. Imaginen un camión encendido de la mañana hasta la noche a la vuelta de sus casas. Imaginen el rumor lejano de cualquiera de las máquinas del progreso —ventiladores/bombas/compresores/transformadores/extractores—, como la música de fondo que oyen todo el día en las poblaciones...

El ruido que escuchaba, ahora lo sé, era un sonido de baja frecuencia, que son de tonos graves y pueden ser muy perturbadores, pero entonces era incapaz de relacionar ese zumbido constante con la angustia que empecé a experimentar después de mudarme qui. A los dos meses de vivir en el nuevo departamento había adquirido un hábito recreativo: todos los días buscaba en Internet enfermedades que coincidieran con mis padecimientos. De pronto en las mañanas con media cara enrojecida por una dermatitis. Me brotaban granos en lugares extraños. A veces despertaba en la noche transpirado. Me costaba tanto controlar la ansiedad como concentrarme en el trabajo. Ese fue el comienzo: me volví un hipocondríaca ( a la vista de algunos) con síntomas reales. Mi carácter, es bueno...puedo tener hambre, sueño ,sed, dolor ,cualquier cosa, prefiero tolerar, en mi hogar, amigos, trabajo, no es un tema a conversar, porque me gusta avanzar, al nivel como profesional no me agrada la regresión, (para casos como este) prefiero la proyección.

Y en favor de la Pareja y buena comunión, armonía, he vivido sola este mal traer, mi afición a leer y escribir ,me ayudaban, mi amor por el hogar y la comida casera, me mantenían motivada...pero llego el día ,que el cansancio, la falta de concentración, mareos ,desmayos, dolor...Y NO DORMIR.

 Diagnostico: Fibromialgia. Pocas personas leen sobre esto, cada día escucho personas quejarse por que no durmieron bien una noche o tienen hambre, estar muy sola, porque, no es bueno :decir " me duele la cabeza", y seguir funcionando al máximo...cumplir con las tareas diarias, y tener humor, e intentar tener juicio para todo. Lo admito, soy una mujer alegre, agradecida, aunque una persona ,me dijo que estoy mas muerta!Todos conocemos personas indolentes.

Después de la polución atmosférica, la contaminación acústica es la segunda causa de enfermedad por motivos ambientales en las ciudades. Un ruido constante de más de sesenta y cinco decibeles (un secador de pelo genera entre setenta y ochenta) puede producir hipertensión arterial, problemas digestivos, trastornos del sueño, disminuir la capacidad para concentrarse, aumentar el ritmo cardiaco y la frecuencia respiratoria. Una calle transitada alcanza una presión sonora de noventa decibeles. Ocho horas diarias de exposición a más de noventa decibeles bastan para poner en peligro la capacidad de oír. Las normas sobre contaminación acústica de nuestras ciudades, que suelen ser prehistóricas, procuran regular la intensidad de los ruidos, pero el problema del ruido no es sólo un asunto de volumen. Los efectos extra auditivos que produce el ruido dependen de varios factores, además de la intensidad, y pueden ser iguales o más graves que la pérdida de audición. Un sonido muy intenso te puede dañar en forma más o menos directa, pero un sonido de baja frecuencia puede enfermarte lentamente.

El ruido es, antes que un número de decibeles en la pantalla de un sonómetro, un sonido no deseado, y la percepción subjetiva resulta ser central en los efectos que provoca en nuestra mente. A menudo el ruido se tolera mejor cuando se lo considera inevitable. Hay un ejemplo elocuente para explicarlo: el sonido de millones de gotas de lluvia durante la madrugada puede apaciguar el espíritu; el de una gota que cae tras otra en la pileta del baño puede prender fuego a tu sistema nervioso.


Ya en el nuevo departamento fui adoptando de manera instintiva distintas estrategias para sobrellevar el ruido. La Máquina, como lo había bautizado, arrancaba mas fuertes en determinadas horas.
  Dado que me dedico a escribir, trabajar en informes, terminaba jadeando mentalmente ,para lograr concentración, y me paso casi toda la jornada frente al monitor, como vaciar la cabeza?

 Cuando tenía que redactar un artículo que exigía demasiada concentración, cambiaba el día por la noche: empezaba a escribir después de las veintiún horas, y me iba a dormir al amanecer. Antes de acostarme cerraba las ventanas, evitaba tomar líquido e iba al baño ritualmente, porque si me despertaba con la Máquina  no podía volver a dormir. Por épocas mi ciclo de sueño se volvió polifásico. Era como vivir cerca de la sala de máquinas de un submarino que nunca salía a superficie. En esa atmósfera enrarecida, cierta predisposición a las ideas paranoicas floreció como una enredadera salvaje en mi cabeza. Prestaba una atención obsesiva a los cambios más ligeros de mi cuerpo. Empecé a tomar complejos vitamínicos porque me sentía agotada. Compraba suplementos naturales para fortalecer el sistema inmunológico. Me hice análisis clínicos exhaustivos de sangre y orina por primera vez en más de diez años. El médico juraba que no tenía nada más que una ansiedad galopante. Unos investigadores de la Douglas Mental Health University han descubierto que las personas que viven en las ciudades tienen un veintiún por ciento más de riesgo de padecer trastornos de ansiedad, y son hasta cuarenta por ciento más propensos a sufrir trastornos de ánimo que los que viven en el campo. Pronto empecé a hacer terapia para tratar de controlar la angustia, pero tampoco en ese momento vinculé el aumento de mi malestar psicológico con el ruido constante, al que consideraba sobre todo un problema de orden práctico. Sólo había que adaptarse —pensaba— Pero a medida que pasaba el tiempo, en vez de atenuarse, el zumbido ganaba más presencia en mi cabeza. 

Un sonido de baja frecuencia puede ser tan molesto como un mosquito en una habitación a oscuras, pero tan dañino como una grieta en el casco de un barco. Es difícil determinar cuán grave es una molestia cotidiana cuando esta es invisible, y nadie más parece percibir el problema. Los estudios coinciden en esto: los ruidos de baja frecuencia provocan una angustia extrema entre quienes son sensibles a sus efectos, pero una de sus características es que tienen un nivel de aceptación muy subjetivo. El zumbido constante de un motor que es desagradable para un individuo puede resultar indiferente para otros, pero eso no lo hace menos dañino. Si alguien padece estrés a causa de un ruido de baja frecuencia, por ejemplo, pero su nivel de molestia al respecto es bajo o nulo, terminará asociando su malestar con otra causa. A eso se suma que este tipo de sonidos son omnidireccionales, y tienen la capacidad de viajar grandes distancias, lo que dificulta determinar su origen. Nuestras ciudades están repletas de fuentes de sonidos de baja frecuencia: los grandes sistemas de ventilación, los motores diésel, la maquinaria pesada, los compresores, los motores de explosión interna, las turbinas, los ruidos que se originan por las vibraciones del suelo.

 La exposición al ruido, aun a los de bajo nivel, provoca eso: la irritabilidad, la ansiedad y la fragilidad emocional son formas como reaccionamos al sonido como agente estresante, y yo experimentaba a todas adentro de mi calabozo. Me doy cuenta de que llevaba horas con las mandíbulas apretadas, los hombros contraídos, pero el dolor de cabeza continuaba, empecé a tomar medicamentos, dañaron mi estomago, y los tapones de oídos provocaron Mastoiditis, debo,recuperar mis dientes dañados y el mareo ,es estrés mayor.

El oído no tiene párpados: es el único sentido que no podemos anular a voluntad. El sonido tiene la capacidad de desparramarse por hendijas y llenar espacios. Se transmite por el aire, a través de las paredes, por el agua, por el suelo: cualquier medio material que tenga algún grado de elasticidad puede propagarlo. El manejo del ruido deviene así una medida de convivencia, y un signo del registro de los otros.  

Estoy fuera de casa, y no logro dormir, el Trastorno del sueño, provocado por negligencia, más las enfermedades, que me tienen sin ganas de continuar, pues...es tan fácil dar soluciones parches, considerar que el problema es "puntual" y no tomar en cuenta, que mi tolerancia se agota, terminare sin marido, sin familia, sin amigos...porque pueden pensar; como tanto? o sal de fiesta, viaja, etc.
Los que me conocen saben que soy mujer de hogar, tranquila,decente,..me ofrecieron hacer un reportaje en un canal importante, me negué y me siguen llamando.


Confío en la solución, y volver a ser la mujer que miraba el espejo ,sin sentir dolor y soledad, agradezco a quienes me ofrecen ayuda y contención, tengo los días contados...pues ya acepte asesoría, y espero esto sea amigable, ya que mi forma de ser es, Optimista y positiva.

Mar

jueves, 14 de julio de 2016

LA CULPA!






Dentro del ranking de los sentimientos más torturadores que existen, en los primeros lugares figura" La Culpa". Parece que nos es más fácil perdonar al otro que a nosotros mismos.
Nos convertimos en jueces intransigentes y nos aferramos a los comportamientos que aparentemente nos condujeron a equivocarnos en el pasado, negando el hecho de que actuamos con el nivel de conciencia que en esa época teníamos.
 
La culpa aparece como resultado de la creencia de que debemos ser perfectos. Dios nos creó libres y al ser libres no siempre acertamos en nuestras decisiones. Equivocarnos también es parte de la perfección y del aprendizaje; Los errores también nos ayudan a crecer.
De hecho, NO se equivoca quien no hace nada. Definitivamente, la vida es tan buena maestra que nos ofrece lecciones todo el tiempo, que sean correctas o erradas depende de cómo las percibamos e interpretemos.
No seamos tan duro con nosotros. ¿Quién no ha fallado alguna vez? Los desaciertos son oportunidades de cambio; De modo que no sigamos mortificandonos y enfadadandonos con nosotros mismos.
Continuar reprochándonos nuestras faltas es como ingerir diariamente pequeñas dosis de veneno y nos hace mucho daño.
No es justificarnos ni ignorar el daño.
Una cosa es sentirnos culpables, quedarnos ahí sin hacer nada, esperando castigo y otra bien distinta es perdonarse uno mismo, ofrecer perdón y enmendar
Así que asumamos la responsabilidad de nuestros actos. Dios no es un Padre castigador, ¿para qué nos hostigamos? Al reconocer y perdonar nuestras fallas, comprendemos también las de los demás, nos mostramos más compasivos y avanzamos en nuestro camino.
La culpa puede afectar desde nuestra autoestima, autoconfianza, nuestro merecimiento (al creer que no somos dignos de la cosas buenas de la vida por nuestras malas acciones ) hasta nuestra salud ya que es socia , busca al castigo y nos enfermamos, buscamos escapar en las adicciones, en depresiones, nos dejamos manipular..

*Te sugiero además que revalúes tu escala de valores, lo que está bien para ti y lo que no lo está también. Cada día somos diferentes al anterior, más maduros, más flexibles. Revisemos que no estémos cayendo en los mismo patrones rígidos de antes. Tampoco tenemos que sentirnos mal por no cumplir con las expectativas de alguien.
Ocupémonos cada uno de nosotros mismos y hagamonos cargo de lo que nos corresponde, no andemos con la mochila de los demás.
 
"Vive y deja vivir".

No eclipses tu vida, no te prives de la alegría de tu hoy. Corta con el lazo de la culpa, renuncia a su tormento, no hay falla en nosotros. Decídamonos y hoy mismo exigamos nuestra libertad.
Elijo amarme y aceptarme tal y como soy, con mis virtudes y mis fallas - te invito a que tu también recuperes tu poder aceptándote, perdonándote y amándote incondicionalmente.
 
AME